Dr. Enrique Barros Bourie (Consejero del CAM Santiago), recibe la Medalla Juvenal Hernández en la mención Artes, Letras y Humanidades en la Universidad de Chile

Dr. Enrique Barros Bourie (Consejero del CAM Santiago), recibe la Medalla Juvenal Hernández en la mención Artes, Letras y Humanidades en la Universidad de Chile

11 de abril de 2024. El miércoles 10 de abril, el Dr. Enrique Barros Bourie (Consejero del CAM Santiago y Profesor Titular del Departamento de Derecho Privado de la Universidad de Chile), recibió la Medalla Juvenal Hernández (mención Artes, Letras y Humanidades) en la Universidad de Chile. Según consigna la Casa de Bello: “Esta medalla se otorga en forma anual a los ex alumnos de la Universidad de Chile que, en el ejercicio de sus respectivas labores profesionales, hayan prestado servicios distinguidos a la Universidad de Chile y al país, manteniendo una permanente fidelidad hacia la Corporación, caracterizándose a lo largo de su vida por identificarse con el espíritu humanista y el ideario ético que encarnó el Rector de nuestra Universidad, Juvenal Hernández Jaque”.

El Dr. Enrique Barros Bourie es abogado de la Universidad de Chile y doctor en Derecho por la Universidad de Múnich. Actualmente es socio principal en Enrique Barros & Compañía y Profesor Titular de Derecho Privado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Es uno de los 4 abogados designados por el Estado de Chile como árbitro ante el el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).

Revisa a continuación la noticia preparada por el equipo de comunicaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y por Prensa Universidad de Chile:

El profesor Enrique Barros Bourie recibió este miércoles 10 de abril la Medalla Juvenal Hernández, correspondiente al año 2023 en la mención “Artes, Letras y Humanidades”, en una solemne ceremonia efectuada en el Salón de Honor de la Universidad de Chile, encabezada por la Rectora Rosa Devés y en compañía de autoridades universitarias, académicos(as), ex alumnos, familiares y amigos de los distinguidos.

En esta edición, Enrique Barros Bourie en la categoría “Artes, Letras y Humanidades” y Manuel Oyarzún Gómez en “Ciencia y Tecnología” fueron electos como ganadores en diciembre pasado, por el jurado, constituido por la rectora Rosa Devés; la prorrectora Alejandra Mizala; el vicerrector de Asuntos Académicos, Claudio Pastenes; y los profesores Faride Zerán y Emilio Roessler, galardonados con la misma Medalla el año 2022.

La ceremonia comenzó con las palabras de los profesores Emilio Roessler y Faride Zerán, galardonados con el reconocimiento el año 2022, quienes presentaron a los homenajeados, haciendo un recorrido tanto profesional como humano por sus fecundas trayectorias.

Al recibir el reconocimiento, el profesor Enrique Barros agradeció a las autoridades y al comité de nominación de la medalla, como también a sus familiares, amigos, en un discurso donde repasó importantes aspectos de la profesión jurídica y su vínculo de más de 60 años con la Universidad de Chile. El profesor del Departamento de Derecho Privado estuvo acompañado en la actividad por el Decano Pablo Ruiz-Tagle, el Vicedecano Francisco Soto; el Director de Escuela de Pregrado, Miguel González; el Director de la Escuela de Postgrado, Gonzalo Berríos; el Director de Asuntos Estudiantiles, Rubén Burgos; estudiantes y una decena de académicos y académicas de nuestra Facultad.

Desde que con 17 años entré a la Facultad de Derecho, me encontré con grandes profesores que marcaron mi vida intelectual y, una cosa muy importante, fortalecieron el apego a mi país“, rememoró Enrique Barros. Añadió que “en esta Universidad nos miramos en un plano de igualdad y respeto, pensamos y creemos distinto. El sello de una gran universidad es el predominio de la razonabilidad por sobre la ideología abstracta, la conversación abstracta, del sobrecogimiento por la belleza del bien pensar, de reconocer la huella de lo mejor de las anteriores generaciones, del servicio a Chile en lo que nos corresponde“.

Posteriormente, el profesor Barros reflexionó sobre el Derecho Privado, el que “discierne y da forma en un orden justo y sensato a la inmensa red de relaciones en nuestra sociedad civil“. Profundizó así en la doctrina del contrato, “a lo que estoy dedicado a estas alturas de la vida, que tiene por objeto la impredecible interacción de billones de neuronas que siguen la natural herencia de la tendencia a la colaboración“. Así, destacó que “el contrato subyace no solo en la lógica del propio interés, sino también de la empatía, del sentido de justicia que nos son naturales“.

Agregó que “en sociedades complejas, si las instituciones son débiles, nuestra natural empatía recíproca se ve amenazada por nuestras fuertes inclinaciones violentas y egoístas. No hay otra especie que sea capaz de atacar a otro miembro de su propia especie como el ser humano. Es así como el derecho desde hace milenios tiene la tarea de encauzar por caminos fructíferos esas tendencias naturales a la cooperación y al abuso“.

La experiencia me ha enseñado que los juristas debemos alumbrar el derecho tanto a la luz vertical de la historia, desde el derecho romano y la tradición del derecho natural, como la horizontal de la experiencia comparada más refinada. Cada vez con más intensidad, el derecho de contratos no es estrictamente nacional, lo que nos lleva inevitablemente al derecho comparado, que es por lo demás, como Andrés Bello lo hizo en su tiempo. Esta adaptabilidad hace que los juristas seamos hijos de nuestra época”, explicó el profesor Barros.

Para finalizar, agradeció a los alumnos y alumnas “que me han acompañado a lo largo de mi vida académica en la Universidad de Chile, con miradas y proveniencias diferentes, desafían a comprender al derecho como una arquitectura articuladora de una sociedad que requiere un orden justo y eficiente”.

Terminó su discurso destacando que “los reconocimientos más profundos a mi universidad pasan por los jóvenes excepcionales, que me han mostrado que tenía sentido dedicarme con pasión al estudio del Derecho“.

Un homenaje académico

El profesor Oyarzún, especialista en enfermedades respiratorias que ha desarrollado una reconocida labor científica a través de proyectos Fondecyt y de organismos nacionales y extranjeros, se mostró agradecido por el reconocimiento.

En la producción científica del profesor Oyarzún destaca su trabajo estudiando los efectos de la contaminación atmosférica en la salud de la población, que lo ha llevado a enfatizar la necesidad de mejorar la calidad del aire y las condiciones medioambientales. Sobre esta labor, comentó que “estos estudios permiten proyectar el conocimiento adquirido hacia la comunidad a través de los medios de comunicación y de las autoridades ambientales para implementar normas que protejan a la población expuesta y, además, implementar planes de descontaminación que permitan o que eviten exceder la norma”.

Esto no ha sido una tarea fácil, ya que en nuestro país aún existen muchas ciudades que exceden las normas ambientes y, como si fuera poco, han surgido las zonas de sacrificio como Puchuncaví y Ventanas, zonas en las que se han instalado numerosas fuentes industriales contaminantes”, expuso el profesor Oyarzún.

Formación en campos del saber de alta relevancia

La Rectora Rosa Devés destacó que los profesores Barros y Oyarzún han desarrollado “carreras brillantes y generosas que reflejan fielmente la visión y legado del rector Juvenal Hernández“. “Este reconocimiento se aloja en el núcleo más esencial de nuestra misión universitaria: la búsqueda de la excelencia en todas las dimensiones del quehacer académico, en consonancia con los valores de nuestra institución, a través de una obra que la trasciende e influye en la sociedad“, apuntó.

Agregó que los profesores Barros y Oyarzún contribuyeron “a la formación de profesionales y graduados desde el saber experto cimentado en la investigación en campos del saber de alta relevancia para la sociedad y en constante diálogo con ella. En ellos, la curiosidad y la pregunta que inspiran al investigador se han vuelto oficio; el oficio se ha vuelto servicio y éste, transformación“.

Dijo que los profesores galardonados son “han ejercido su influencia en el derecho y en la investigación biomédica, cada uno con su estilo propio, pero siempre fieles a un ideal de universidad que valora y protege la libertad de pensamiento, defiende la autonomía y permite diversas manifestaciones de un mismo propósito”.

Por último, hizo un llamado a que las nuevas generaciones “examinen las trayectorias de los profesores Barros y Oyarzún y comprenderán cómo se expresa la grandeza en nuestra Universidad, no solo por lo que hermana sus trayectorias sino también lo que las diferencia. Para finalizar solo resta comprometer que trabajaremos sin descanso para que nuestra Universidad mantenga su carácter único que sabe tanto entregar como recibir esa excelencia académica que ustedes representan.